Una Opinión cada vez más generalizada en España: Sin Justicia, Hay Escrache
Mientras los bancos tienen diferentes "varas de medir", según se trate de Parlamentarios o Ciudadanos a la hora de cobrar sus "cuotas hipotecarias", nada mejor que tomar como ejemplo el caso del senador Francisco Boya Alós (quien de un préstamo de 112.350 €, solo ha pagado en 5 años y 2 meses la cantidad de 713,00 €); cada vez se extiende de forma mucho más generalizada en la Opinión Pública la utilidad del "Escrache" ante la pasividad, incompetencia y desvergonzada actitud de nuestros parlamentarios y la "pasividad" de Iglesia española ante el dramático aumento de la pobreza en España (quien todo hay que decirlo, resulta ajena a los recortes, a pesar de la notable caída del número de españoles que se declaran católicos).
Javier Gallego resume en pocas palabras, esa opinión cada vez más generalizada en su artículo "Escrache":
Nos habéis perseguido a todos. Primero fuisteis a por los jubilados pero como vosotros
tenéis la jubilación asegurada, no os importo hacerles daño. Después fuisteis a
por los enfermos, los discapacitados, los dependientes y como vosotros no
tenéis problemas de dinero, no os importo cargar a las familias con un peso que
no pueden soportar. Entonces fuisteis a por los funcionarios, los médicos, los
profesores. Fuisteis a por nuestra sanidad y a por nuestros colegios porque
vosotros tenéis los vuestros asegurados. Protestamos y no os importó enviarnos
a los antidisturbios a que nos hicieran daño.
No os
importó que hubiera millones de parados y fuisteis también a por ellos. Les
quitasteis un pedazo de lo poco que les queda y les gritasteis que se jodan en mitad del Parlamento.
Y empezasteis a jodernos a todos los demás, a la cultura, a los mineros, a
todos los contribuyentes. Fuisteis a por todos nosotros y no os importó
hacernos daño para no hacérselo a los vuestros. Los bancos vinieron a por
nosotros y vosotros nos quitasteis los cuatro cuartos que nos habían dejado en
los bolsillos. Ellos nos robaban, vosotros hacíais negocio con nuestro dinero.
Volvimos a protestar y nos disteis la espalda de nuevo.
No queríais ver cómo la gente saltaba por las ventanas o
se colgaba del cuello. Los
bancos que nos habían puesto la soga iban a por los que menos tenían y les
dejasteis hacer. Dejasteis que se aprovecharan con las preferentes de los más
indefensos y vulnerables y jamás perseguisteis a los timadores. Dejasteis que
algunos se quitaran la vida angustiados por su desahucio. Les empujasteis al
vacío sin mover un solo dedo y permitisteis que pelotones de policía siguieran
sacando a la gente de sus casas a empujones. Podríais haberlo evitado pero
seguíais mirando para otro lado.
Los
jueces españoles y el tribunal europeo han decretado que las hipotecas
españolas son ilegales y abusivas y a ninguno de los dos les habéis hecho caso.
Miles de personas en la calle y un millón y medio con su firma, os han pedido
parar esta sangría y habéis tratado de escaparos de ellos. Nos disteis unas
medidas insuficientes que no sirvieron para nada y ahora nos volvéis a ofrecer
un simulacro de solución en diferido. Os pedimos pan y nos dais migajas. Os pedimos ayuda y nos dais antidisturbios. Os
pedimos que nos echéis una mano y nos la echáis al cuello.
Ahora
van a por vosotros y reclamáis que os amparemos pero ya no queda casi nadie de
nosotros que lamente lo que os está pasando. Os toca sentir lo que sienten los
perseguidos. Ahora nos pedís la justicia que vosotros nos habéis negado.
Invocáis la democracia que habéis destruido y el respeto que no nos tenéis.
Exigís que se respeten los derechos que no habéis respetado. Llamáis
terroristas a los que os persiguen pero sois vosotros los que los habéis
aterrorizado. Nos llamáis
golpistas mientras nos moléis a golpes. Hay que ser muy
miserable para llamar acosador al acosado.
Seguid
así. Seguid dando la espalda a la realidad, seguid llamándonos criminales en
lugar de ciudadanos. Seguid aumentando la pobreza, la desigualdad y el paro.
Seguid dejando que a la gente la estafen, la echen a la calle y los ladrones
anden sueltos. Seguid haciendo un escrache masivo
a la población y acabaréis
sufriendo un escrache masivo y violento.
No es una amenaza, es una advertencia de lo que, desgraciadamente, podría
pasar.
Ahora solo
van a por vosotros pero mañana irán a
por vuestra seguridad, la seguridad que les habéis negado, y a
por vuestros privilegios, a por el dinero que les habéis quitado, los coches en
los que huis de nosotros, las casas que tenéis y que ellos han perdido, el
bienestar que les habéis arrebatado. Querrán infligiros el mismo dolor que le
habéis causado. Y a nadie le importará si os hacen daño porque el daño que
habréis hecho nos habrá anestesiado a todos. Serán tan violentos como lo
habéis sido vosotros. Se saltarán tantas leyes como vosotros habéis violado.
Serán peligrosos porque están desesperados. Y serán incontrolables porque no
tendrán nada que perder.
Vosotros
se lo estáis quitando todo. Vosotros sois los responsables de lo que os pase.
Os lo merecéis. Vosotros no sois las víctimas, sois los culpables, sois la
causa de los escraches que estáis padeciendo. Vosotros sois el escrache de este país. Le
habéis hecho un escrache a esta democracia hasta obligarla a huir por patas.
Nos habéis hecho escraches cada
vez que nos reuníamos en las plazas y en las calles. Le habéis hecho decenas,
cientos de escraches a
los ciudadanos a golpe de porra, recorte, insulto y decretazo.
Sois
vosotros los que permitís el acoso a los ciudadanos de una banca miserable que
impone una ley injusta. Sois vosotros los que dejáis que miles de familias
sean humilladas delante de sus vecinos, que sus casas sean señaladas con una
cruz de "desahuciado" en la puerta, que queden marcados como parias y
excluidos, que ancianos, niños, enfermos y gente sin recursos estén sufriendo
la derrota, la violencia policial y la vergüenza pública. Sois vosotros
los que lleváis más de cuatro años haciéndonos un escrache tras otro, los que lleváis años
huyendo de los que ahora os persiguen, los que estáis empujando a miles de
personas por un barranco por el que os acabarán arrastrando, los que estáis provocando una pobreza, un odio y una
desesperación que puede acabar estallando.
Si
dejáis que eso ocurra, recordaréis el último verso del poema de Niemöller: “Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que
pudiera protestar”.
Nadie protestará porque os estaremos
persiguiendo todos.
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